jueves, 1 de julio de 2010

Día 24.La insoportable levedad de los cuartos de final.

Empiezo a sentir ese suave viento sobre la nuca y aquella extraña sensación en el estomago. Se acercan los cuartos de final y tengo miedo, mucho miedo. Porque Alemania juega bien, muy bien, y es temible, y la idea de repetir el 2006 y otra vez esa espantosa sensación de: “bueno, esto ha sido todo”; a esperar cuatro años me espanta, me petrifica, no lo quiero saber: ¿Cómo era la vida sin Mundial? Oh no espantosa. Entre el trabajo y los partidos, mas los resúmenes de los mismos, dejo los análisis que debería poner aquí para las reuniones con amigos. Es un error, pero no puedo con todo.
Tengo la sensación que es el mundial de la meritocracia: que en la fase de grupos se jugó mal no hay dudas, y lejos estuvo de ser más defensivo o más ofensivo, es que simplemente se jugó feo. Pero no hay rivales que no hayan quedado afuera que deberían seguir, porque a excepción de Uruguay y Paraguay, todo el resto merece llegar hasta aquí y más.
En lo que a mí respecta me gusta el juego dinámico y rápido de ¾ de cancha para adelante que propone la Naranja Mecánica: un equipo sobrio, eficiente y sin sobresaltos; lo mismo vale para Brasil. España revivió de su traspié y ahí está con todo el Barcelona intentando jugar sin Messi. Pero lo tienen a Villa que cuando crece, hace crecer a Xavi e Iniesta (y colectivamente es formidable). Y Alemania, siempre inentendible, llega tan lejos como su incapacidad para tener talento: pero ahí están, no me gustan, pero ganan y me da miedo.
Ojala que la felicidad no se vaya el Sábado, pero que lindo es ver a Brasil, Holanda, Alemania, Argentina y Spain. En el futbol se hizo justicia, vamos con todo el sábado: nuestra arma secreta, es tener a los mejores delanteros del mundo de nuestro lado. Se puede, claro que si.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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